Aportaciones agrícolas del Anáhuac al mundo

En el Museo de Antropología de la ciudad de México hay una área en la que existe una gran maqueta que presenta un bullicioso mercado en plena vendimia. Los detalles de los productos ofrecidos y de las personas que los ofrecían o de las que mostraban algún interés por intercambiarlas son presentados con lujo de detalle. El mercado muestra una gran organización por tipo de producto, filas de animales vivos domesticados como patos, cóconos y faisanes, y otros sacrificados como las serpientes y los pecaríes; la fila de tendido central muestra una gran cantidad de productos vegetales entre los que sobresalen diferentes tipos de granos de maíz, luego se observan productos alfareros y artesanales, hasta llegar a la venta de esclavos y esclavas. Al fondo en un estrado, tres nobles sentados observan la actividad y algunos guerreros elegantemente ataviados vigilan de cerca los intercambios de productos. No falta en una esquina la fonda donde se consumen alimentos que se preparan en el mismo lugar.

Sin duda la principal aportación agrícola de México o de Mesoamérica para el mundo es el maíz. Un cereal con grandes atributos de producción y aporte de nutrientes que pronto se transformó en un cultivo cosmopolita. Aquellos maíces que fueron domesticados por nuestros antepasados fueron llevados a prácticamente todos los confines de la tierra, su capacidad o amplitud genética le permitió adaptarse a una gran diversidad de ambientes.

En Mesoamérica se domesticaron aproximadamente 110 especies distintas de plantas tomando en cuenta diferentes criterios de uso, la selección de plantas para alimento fue la prioridad, aunque otros criterios como la producción de estimulantes, de fibras, de materiales de construcción, ornamentales y el uso medicinal, fueron también considerados.

Además del maíz, se aportaron desde México otras importantes especies de alimento que, como se mencionó antes, tuvieron su centro de origen en Mesoamérica; así, podemos mencionar al amaranto, que produce un grano muy parecido al de los cereales, aunque con mejores características nutritivas, en especial su elevado contenido de proteína. Una leguminosa muy importante que forma parte fundamental de la dieta del mexicano y de la mayoría de los pueblos latinoamericanos es el frijol, el cual también se cultiva en el mundo entero. Otras leguminosas ricas en proteínas que se originaron en México son: el frijol patashete, el ayacote, el ejotillo, la leucaena y el haba blanca.

Algunas especies fueron seleccionadas para la producción de raíces y tubérculos, entre los más conocidos por su gran versatilidad en la manera de prepararlos están el camote, la jícama y la yuca, esta última incluso se deshidrata para convertirse en harina. Otras raíces y tubérculos menos conocidos son la zarcilla, el barbasco y el sagú.

Una especie de planta oleaginosa, ampliamente conocida por sus elevados contenidos de aceite y proteína es el girasol, el cual también es un cultivo cosmopolita que se industrializa para obtener aceite de cocina y el remanente conocido como torta de girasol que se emplea como complemento proteico en la alimentación del ganado.

Una gran cantidad de verduras y especias fueron domesticadas en México. Por su importancia económica y distribución mundial, podemos citar al tomate y al jitomate, a varias especies de chile, a diferentes especies de calabaza y calabacitas, al chayote, la vainilla y el nopalito, entre muchas otras. Por otro lado, aproximadamente 35 especies de plantas productoras de frutos y nueces se originaron en México. Entre los más importantes por su valor económico y distribución, podemos mencionar a la piña, al cacahuate, la papaya, el nanche, el zapote blanco, el zapote negro, el tejocote, las tunas, el aguacate, el mamey, la guayaba, la ciruela, entre otros.

En la agrobiodiversidad nacional, no podría faltar el cultivo de especies que se utilizaban en los rituales religiosos o en sus fiestas como estimulantes, entre las más importantes se encuentra el maguey tequilero, el maguey mezcalero y el maguey pulquero; asimismo el tabaco, diversas especies de cacao, el peyote y el toloache.

La fibra más importante en México fue el henequén, aunque existen otras especies que se usan con el mismo fin, sin haberse domesticado, tal es el caso de la lechuguilla de nuestro desierto. Las especies domesticadas para enjardinar sus viviendas, edificios y calzadas fueron el ahuehuete, la dalia, la nochebuena, el nardo, el cempasúchil y el oceloxóchitl.

Como puede notarse, la megabiodiversidad de nuestro país se expresó también en la aportación de especies de plantas de importancia económica, en las que los antiguos mexicanos influyeron de manera determinante y paciente en su domesticación.

http://www.elsiglodedurango.com.mx/noticia/367651.aportaciones-agricolas-del-mexico-prehispanic.html?gals

 

milpa

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